Viendo el pasado día la remontada del Liverpool, me puse a reflexionar sobre la situación, que dentro de lo que Díaz Cañabate llamó el Planeta de los Toros ocupan los novilleros con picadores, pues igual que el equipo inglés, los valores de esfuerzo, fe y creencia en uno mismo, como si de un credo monoteísta se tratara, es lo que les mantiene vivos y firmes en su afición.
Cuando pienso en los novilleros con caballos, siempre tengo presente la afirmación de un taurino como Antonio Picamills, que junto con otros personajes de la Fiesta como Santiago López o los recordados Miguel Flores o Antonio Corbacho, son los últimos románticos del toreo. Decía Picamills que «apoderar a un muchacho que empieza es ante todo, opositar a la ruina económica, y desdichadamente a la ruina moral». Ante tajante y veraz afirmación, díganme ustedes que clase de filántropo es capaz de promocionar y ayudar a un novillero con caballos en su difícil situación, en su desierto. No hace falta más que acudir una tarde de novillada en Las Ventas, me entenderán a lo que me refiero: novilleros con escasa preparación ante auténticas corridas de toros. Un despropósito.
Reglamentariamente, el novillero con picadores es un profesional del toreo y como tal debe estar inscrito en el Registro de Profesionales en su categoría. Pero en la práctica, esa exigencia encasillada de «profesional» se diluye: no genera para vivir de tal. El novillero con picadores es un tertium genus entre el becerrista o novillero sin caballos y el matador de toros profesional: está en tierra de nadie. Si se me permite la comparación académica, es un postgrado que cursa un master de acceso profesional, o un FP en prácticas no remuneradas por la empresa.
Es aquí donde está el centro de la cuestión: el coste económico del novillero con picadores, que una vez acabado su aprendizaje en la Escuela Taurina, se ve totalmente desamparado para continuara su formación, al requerir de cantidades importantes económicamente. Baste un ejemplo: un tenista en formación, le basta una cancha de tenis, una raqueta, una pelota y un contrincante; un novillero, necesita de un equipo de torear, de una plaza de toros y de un semoviente, un novillo, con un alto coste de producción.
Efectivamente, el coste de producción de una novillada con picadores, no baja en el mejor de los casos de 50.000 , que se dispara a 80.000 si se trata de plazas de primera, cuando en taquilla no se ingresa ni una tercera parte. Por tanto, su subsistencia descansa en abaratar sus costes: supresión de IVA, tarifa plana de cotización a la SS de todos sus actuantes, la posibilidad de incluir en las cuadrillas a un aspirante a subalterno bonificado fiscalmente, ayudas en origen al ganadero que permita reducir el coste del precio de los novillos, aumento del precio de la carne al ser ecológica, y ante todo reducir los costes del piso plaza en este tipo de festejo, como canon cero y ajustar los gastos de los empleados de la plaza en novilladas picadas.
Medidas legales para ello tenemos, solo hay que adaptarlas al mundo del toro: Ley de Emprendedores, Ley de Fundaciones, la futura Ley de Mecenazgo, o instrumentos como el crowfunding, los microcréditos o el micromecenazgo a través de las peñas taurinas o comisiones de festejos de cada localidad, y lo que es más importante y de justicia: exigir por parte del Ministerio de Cultura que tome las medidas necesarias para el cumplimiento que por ministerio de la Ley le corresponde: fomentar, proteger, y colaborar económicamente con el Toreo de Base, como hace con otras disciplinas artísticas como el cine, el teatro, la danza, o deportes minoritarios. ¿De que creen ustedes que viven estas disciplinas artísticas en sus fases iniciales o de aprendizaje, o el Deporte Base?
Despojémonos de complejos, y exijamos los que nos corresponde, pues aportamos mucho y no recibimos nada. Exijamos por ejemplo un Plan de Fomento de la Tauromaquia Base, con la concesión de becas por el Ministerio de Cultura para novilleros con picadores, gestionadas por las Escuelas Taurinas, por las Organizaciones Empresariales de Espectáculos Taurinos, o por Fundaciones, que permitan organizar Certámenes de novilladas con picadores, que aumenten los ya existentes de los que hay que tomar ejemplo (Arnedo, Algemesí, Arganda del Rey, Calasparra, Villaseca de Sagra, o los pueblos franceses). Es decir, fomentar los festejos menores en pequeñas poblaciones del mundo rural, ayudando así al Toreo Base, pues si el mundo rural da la espalda a la Tauromaquia y prescinde de los festejos taurinos de sus fiestas, el toreo tal como lo entendemos hoy empezará a morir lentamente. Señores empresarios taurinos, no sean estrechos de miras, inviertan conjuntamente en el Toreo de Base, promuevan Certámenes de Novilladas con picadores en el medio rural, pues está en juego la subsistencia de la Fiesta, así (los novilleros), you?ll never walk alone.