No todo son malas noticias. No siempre las administraciones públicas están descoordinadas y no saben trabajar juntas. No es verdad que los políticos miren siempre por su propio interés más que por el de su tierra. Hacer una crítica al poder es importante, pero también lo es reconocer y valorar las cosas si se hacen bien, sobre todo en estos momentos, cuando la polarización y la simplificación, en especial en las redes sociales, son el menú del día.
Valga lo anterior para celebrar la existencia de un convenio que se acaba de firmar entre la Junta de Extremadura, Las Diputaciones Provinciales de Cáceres y Badajoz, la Federación de Municipios y Provincias de Extremadura, y la Fundación Toro de Lidia, y que contiene un protocolo general de actuación en Extremadura sobre la Tauromaquia.
En Extremadura, reina de la dehesa, se encuentra muy arraigada la cultura taurina y ello tiene su reflejo en que en la misma se celebran todos los años más de seiscientos espectáculos taurinos. Asimismo, cuenta con cuarenta y ocho plazas de toros permanentes y es cuna de grandes figuras. Tauromaquia y Extremadura van unidas a su historia y este convenio es un verdadero ejercicio de responsabilidad para garantizar la protección, preservación y difusión de la Tauromaquia en esta tierra.
En el convenio se recogen ideas muy sensatas y que suponen un entendimiento muy correcto por parte de las administraciones públicas firmantes de cuál es su función constitucional y legal, lo que es muy de agradecer en estos tiempos de populismos y declaraciones de cara a la galería mediática. Así, podemos leer que las fiestas o espectáculos taurinos, incluyen, no sólo a las corridas de toros, sino un numeroso conjunto de tradiciones y festejos populares vinculados al mundo del toro, que a su vez comprenden lo que hoy entendemos por «Tauromaquia». Todo esto es signo de identidad colectiva, y ello justifica que su preservación corresponda y competa a todos los poderes públicos. Y que en tal sentido, todas las administraciones firmantes están interesadas en su conservación y promoción. La Junta de Extremadura, porque estatutariamente debe ocuparse del fomento de los valores de los extremeños y el afianzamiento de su identidad, y uno de los valores que forma su identidad es la tauromaquia. Para las Diputaciones, la defensa y promoción de la Fiesta supone aprovecharse de su gran potencial económico, social y demográfico. Y para la Federación de Municipios y Provincias de Extremadura, es un instrumento extraordinario para generar actividad económica y social, especialmente en los municipios de menor población.
Otras administraciones autonómicas apoyan la tauromaquia con distintas acciones como Madrid, con la Fiesta del Toro y casi 30 festejos, Andalucía y Castilla y León dentro de la Liga Nacional de Novilladas y su apoyo a las escuelas taurinas, y Castilla-La Mancha con por ejemplo 85 retransmisiones taurinas en la televisión pública. Pero este acuerdo con Extremadura va más allá y, una vez más, Extremadura es pionera y se convierte en tierra de toros por excelencia. El Presidente de la Junta de Extremadura, don Guillermo Fernández Vara y su equipo de gobierno, los de las Diputaciones y el de la Federación de municipios han tratado el tema de frente y sin rodeos ni ambigüedades, y han decidido trabajar conjuntamente y con las ideas y objetivos claros. Todo ello es encomiable, y no va a traer más que beneficios.
Y qué mejor compañero de viaje en este trabajo que viene por delante que la Fundación Toro de Lidia, entidad que engloba a todos los estamentos del sector taurino, incluido el de aficionados, casa de todos los taurinos, y cuyo único interés y objetivo es la defensa y protección de la tauromaquia, como riqueza cultural, económica y social de España.
Extremadura, con sus administraciones y la firma de este protocolo, pone fin a un intento de «guerra cultural» con la que se quieren asociar determinadas ideologías respecto de la Tauromaquia, que es de todos. Extremadura, afortunadamente, apuesta por la normalización con su apoyo y protección al sector.
Entre otros proyectos que esperamos que salgan adelante será el de que Extremadura forme parte de la Liga Nacional de Novilladas, que en apenas dos años de competición se salda con un total de 68 novilladas con picadores organizadas en 54 localidades distintas, de 7 CCAA y 21 provincias en las que han participado un total de 115 ganaderías, 56 novilleros distintos y se han firmado un total de 1272 boletines entre banderilleros, picadores, mozos de espadas y ayudas.
En definitiva, un gran convenio que es una muy buena noticia, y aunque sin duda hay mucho trabajo por delante, el camino está perfectamente trazado. Gracias a todos los que lo han hecho posible.
Artículo de Fernando Gomá, presidente del Instituto Juan Belmonte y vicepresidente de la Fundación Toro de Lidia, publicado en Hoy Extremadura el 8 de octubre de 2022.