jueves, mayo 16, 2024

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Los toros de Lamborghini

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Los toros de Lamborghini
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La tauromaquia trasciende a todos los ámbitos de la cultura y la sociedad. ¿Sabías que la prestigiosa firma de automóviles Lamborghini se inspiró en el mundo de la tauromaquia para ponerle nombre a sus modelos de superdeportivos? Aquí te contamos la historia de Ferrucio Lamborghini, el fundador de una firma reconocida en todo el mundo y que ha llevado a los toros por bandera. Locutado por Javier Mardomingo, ha contado con la participación de Fernando Gómez Blanco (director de Centímetro Cúbicos en Antena 3), Eduardo Miura (ganadero) y Chapu Apaolaza (periodista y portavoz de la FTL).Este episodio ha sido impulsado por la Fundación del Toro de Lidia, con la colaboración del Ministerio de Cultura y Deporte. 

  • Guion: Sergio F. Núñez
  • Producción: Lidia Cossío de la Iglesia.
  • Documentación: Guillermo Vellojín. 
  • Comité Editor: Robert Albiol, David Jaramillo, Alipo Pérez-Tabernero. 

Notas:Libros:

  • Álvarez de Quindós, Juan Antonio, Descripción histórica del Real Bosque y Casa de Aranjuez : dedicada al rey nuestro señor, Doce Calles, Madrid, 1993.
  • Caballero Audaz, El, El libro de los toreros, de Joselito a Manolete (prólogo de Vicente Zabala de la serna), Piel de Toro, Biblioteca Nueva, 1998, Madrid.
  • Cañón, Javier, Análisis histórico de las ganaderías bravas españolas, UCM.
  • Cervantes, Miguel de, El Quijote (II parte), [recurso en línea: https://cvc.cervantes.es/literatura/clasicos/quijote/edicion/parte2/cap58/cap58_04.htm]
  • De la Fuente González, Miguel Ángel, El toro, el torero y la plaza. Léxico, fraseología y metáforas culturales, Tabanque, revista pedagógica nº22, 2009, Universidad de Valladolid.
  • de Molina, Tirso, La Villana de Vallecas, [recurso en línea: http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/la-villana-de-vallecas–0/html/fee5fc40-82b1-11df-acc7-002185ce6064_2.html]
  • García Bravo, Fernando, Tauromaquia aneja. Historias, Los sabios del toreo, Edígrafo, 2000, Madrid.
  • García Sánchez, Julián Tomás, El toro de lidia español, castas fundacionales, encastes y ganaderías, Entorno gráfico, 2018.
  • López Izquierdo, La Real Vacada de Aranjuez, s/n, Madrid, 1975.
  • Piedras Albas, San Juan de, Fiestas de toros, bosquejo histórico, Real Academia de la Historia, 1927, Madrid.
  • Zaldívar, Juan José, El enigma de la bravura, El Puerto de Santa María, Fundación Cultural Paco Flores, 2004.

Revistas:

  • Aparece Hipólito en Granada, Revista El Toreo nº2768, Madrid, 3/7/1922.
  • Luis López Martínez, Antonio, Las pretendidas castas fundacionales del toro de lidia, Revista de Estudios Taurinos nº13, Sevilla, 2021, pp. 15-34.
  • El Clarín, Revista gráfica taurina, nº 675, Valencia 25/04/1936 (carta de toreros mexicanos)
  • Palmas y Pitos, nº 98, 13/01/1915, Madrid (Sobre el torero Hipólito y el toro Veneno)
  • El Toreo, nº 198, 18/08/1879, Madrid (sobre Frascuelo y Huracán)

La legitimidad de la Tauromaquia

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Artículo escrito por Lorenzo Clemente, presidente de la comisión jurídica de la Fundación del Toro de Lidia, para El Mundo el 3 de abril de 2017.

El pasado 15 de marzo, en estas mismas páginas, el profesor Tomás Ramón Fernández, recordaba cómo, aunque siempre hubo intentos de prohibir la tauromaquia, las razones de antitaurinos de ayer y hoy difieren. Y también difiere su legitimidad.

No es ocioso insistir en ello. Ni en cómo la profundización en los valores democráticos debería hacer cada vez más difícil prohibir las fiestas de toros.

Para hacerlo podemos partir de 1567, fecha en la que el papa Pío V prohibió mediante la bula “De Salutis Gregis Dominici” las fiestas en la que se corrieran toros o fieras, impidiendo además que participaran clérigos y dar cristiana sepultura a quienes murieran en ellas. El rey Felipe II, con monárquica prudencia, no promulgó la bula haciendo que ésta no llegara a estar vigente entre los españoles.

Pero, ¿qué guiaba al Papa? En primer lugar, que hubiera hombres que pusieran en riesgo su vida por pura diversión “con exhibición de fuerza y audacia“, asimilando esta prohibición con la de los duelos establecida en el Concilio de Trento. Además, no le parecía una diversión propia de la mentalidad cristiana, especialmente en fechas señaladas del calendario litúrgico, que era cuando se daban la mayoría de estos festejos. Se trataba, con noble intención, de salvar almas y cuerpos (obviamente, humanos). Por eso el Papa, en una actitud tradicional en prácticamente todas las religiones e ideologías, pretendía prohibir aquello que resultaba contrario a su visión del hombre, sus costumbres y comportamientos.

Al menos, esta prohibición ponía al hombre en el centro del debate y no trataba de equiparar, como hacen ahora los animalistas, la dignidad animal a la humana, que no engrandece la primera, sino que denigra profundamente la inalienable dignidad humana.

Al igual que aquel Papa trató de hacer con la tauromaquia, muchas otras costumbres, fiestas, creencias y comportamientos han sido prohibidos a lo largo de la historia por los poderes políticos o religiosos dominantes en cada lugar y momento. Quienes eran más numerosos o más fuertes trataban de imponer a todos sus valores, de prohibir la discrepancia, de anular a quien no comulgaba con su proyecto social. Quizá si las analizamos hoy algunas de esas prohibiciones históricas nos parezcan oportunas y favorecedoras del progreso social, igual que la mayoría podrán parecernos tremendamente injustas. Pero será siempre una visión subjetiva, parcial, que tratará nuevamente de imponer una visión del mundo sobre las restantes. Por eso, para legitimar en una sociedad democrática cualquier prohibición de costumbres, ritos y comportamientos se hace imprescindible un criterio que vaya más allá de las opiniones y los pensamientos dominantes.

Y ese criterio, desde la Ilustración, no es otro que el del necesario respeto a la igual dignidad de todos los seres humanos. La vida en las sociedades democráticas, más aun en sociedades tan diversas y complejas como las actuales, debe permitir coexistir a todos con sus diferentes costumbres, formas de pensar, ideologías y religiones, siempre que todos respeten esta igualdad esencial de todos los hombres. Fuera de esto, no es legítimo prohibir ninguna forma de pensar o de comportarse. Ni siquiera porque sean mayoría quienes la profesan (por aquello de evitar, como decía Borges, que la democracia se convierta en un abuso de la estadística).

Por eso no es legítimo prohibir la tauromaquia. Porque aunque algunos consideren que la dignidad de un elefante, de un toro de lidia o de un mosquito es equivalente a la de un ser humano eso no es sino su particular ideología. Con arreglo a la cual tienen todo el derecho a comportarse siempre que no interfieran en el derecho de los restantes humanos a comportarse de forma contraria. Sólo la dignidad de los humanos que piensan de un modo y del contrario es la que debe ser respetada en todo caso. Los comportamientos de cada uno que no afecten a la dignidad del otro (de los otros) ser humano, no deberá ser objeto de prohibición o reproche legal en una sociedad democrática y madura.

Y la tauromaquia, el ritual festivo y hondo de la lidia de un toro bravo, podrá ser apreciado o repudiado. Pero su celebración no contiene elemento alguno que pueda justificar su prohibición. Porque nada hay en la misma que contraríe la igual dignidad de los seres humanos (ni nada que suponga comportarse con el toro en contra de la naturaleza que le es propia, aunque eso sería ya otro debate).

Dicho en corto y por derecho: prohibir la tauromaquia no es legítimo. Ni siquiera desde supuestas mayorías que en nuestro país no lo son. Porque no hay nada en la igual dignidad de los seres humanos que legitime que una determinada visión especista de quien trata de hacer equivalente la dignidad de animales y humanos nos obligue a todos a comportarnos según sus dictados.

El debate

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El debate
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El debate sobre los toros es tan antiguo como la misma Fiesta. En este episodio descubriremos cuáles han sido los argumentos de sus apologistas y detractores a lo largo de la historia. Además, preguntaremos a nuestros expertos con qué argumentos habría que defender la tauromaquia en la actualidad. Locutado por Javier Mardomingo y Sixto Naranjo, ha contado con la participación de Adrian Shubert (catedrático de historia en la York Univesity de Toronto), Francis Wolff (catedrático de filosofía en la universidad de Nanterre de París), François Zumbiehl (catedrático de letras clásicas y doctor en antropología), Beatriz Badorrey (doctora en derecho), Tomás Ramón Fernández (catedrático de derecho), Rubén Amón (periodista) y Carlos Martínez Shaw (catedrático de historia). Este episodio ha sido impulsado por la Fundación del Toro de Lidia, con la colaboración del Ministerio de Cultura y Deporte.

  • Guion: Luis López  
  • Producción: Lidia Cossío de la Iglesia.   
  • Documentación: Guillermo Vellojín.   
  • Comité Editor: Beatriz Badorrey, Robert Albiol, Alipio Pérez-Tabernero, David Jaramillo. 

Notas: 

  • Cobaleda Mariate, El simbolismo del toro en la obra poética de Miguel Hernández, Presente y futuro de Miguel Hernández, Fundación Cultural Miguel Hernández, Orihuela, 2004, pp. 243-257.
  • Amón Delgado, Rubén, El fin de la Fiesta. Por qué la tauromaquia es un escándalo y hay que salvarla, Debate, Madrid, 2021.
  • Amorós, Andrés, ¿Goya antitaurino? Una manipulación más, ABC, 30 de abril de 2016.
  • Andrés J, Moreno Mengíbar, Una defensa de las corridas de toros por Juan Pablo Forner, 1792, Revista de Estudios Taurinos nº4, 1996.
  • Andreu, Xavier, De cómo los toros se convirtieron en fiesta nacional: los “intelectuales” y la “cultura popular” (1790-1850), Ayer, nº 72, Madrid, 2008, pp. 27-56.
  • Badorrey Martín, Beatriz, Otra historia de la tauromaquia. Toros, derecho y sociedad (1235-1854), Madrid, BOE 2017.
  • Badorrey Martín, Beatriz, Principales prohibiciones canónicas y civiles de las corridas de toros, en Provincia, nº 22, Universidad de los Andes, Mérida, Venezuela, 2009.
  • Balcells, José María, Miguel Hernández: espejos americanos y poéticas taurinas, Devenir Ensayo, Madrid, 2012.
  • Cambria, Rosario, Los toros: tema polémico en el ensayo español del siglo XX, Editorial Gredos, Madrid, 1974.
  • Capmany, Antonio, Apología de las fiestas públicas de toros, imprenta de Francisco de la Parte, 1815.
  • Carmena y Millán, Luis, Tauromaquia, Apuntes bibliográficos, José M. Ducazcal, Madrid, 1888.
  • Cortines, Jacobo, Tauromaquia y literatura en la Generación del 27, Revista de Estudios Taurinos nº 7, Sevilla, 1998.
  • Cruz González, Carlos, Vargas Ponce contra Salazar. El debate taurino ilustrado y su proyección,Hacia 1812 desde el siglo ilustrado: actas del V Congreso Internacional de la Sociedad Española de Estudios del Siglo XVIII, 2013.
  • García Añoveros, Jesús María, La bula de Pío V “De Salute Gregis, de 1 de noviembre de 1567, Cuadernos de tauromaquia nº 14, CEU-Universidad San Pablo, Madrid, 2007.
  • García-barquero González, Antonio, Sevilla en la polémica antitaurina de la Ilustración, Fiestas de toros y sociedad: Actas del Congreso del 26/11 al 1/12-2001, Fundación Estudios Taurinos, Universidad de Sevilla, 2003.
  • Jovellanos, Gaspar Melchor de, Espectáculos y diversiones públicas. Informe sobre la Ley Agraria, ed. de Guillermo Carnero, Cátedra, Madrid, 1997.
  • Martínez Shaw, Carlos, Blanco White o el antitaurinismo mitigado, Revista de Estudios Taurinos nº2, Sevilla, 1995.
  • Mazzantini, Luis, El descanso y los toros, El Heraldo de Madrid nº5062 del 1/10/1904.

Toro nupcial

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Toro nupcial
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En este episodio vamos a conocer el toro nupcial, una tradición que se ancla en la visión del toro como símbolo de fecundidad. Locutado por Sixto Naranjo, ha contado con la participación de César Cervera (periodista), Nuria León (presidenta de la Peña Taurina el Torico de Chiva), Pilar Fuertes (periodista), Javier Tarín (presidente de la Federación Española de Toros de Cuerda), Raquel Esteban (directora de la Fundación Bodas de Isabel) y Fernando Sánchez Dragó (escritor). Este episodio ha sido impulsado por la Fundación del Toro de Lidia, con la colaboración del Ministerio de Cultura y Deporte. 

  • Guion: Jorge Guerrero. 
  • Producción: Lidia Cossío de la Iglesia.
  • Documentación: Guillermo Vellojín.
  • Comité Editor: Javier Tarín, Robert Albiol, Alipio Pérez-Tabernero y David Jaramillo.

Notas:

  • AAVV, The voices of culture, conservation and the media event around bullfight Jallikattu in Tamil Nadu, India, Journal of Media and Communication Studies, 2019.
  • AAVV, Toro, torito de Pucará. Galería y estudios, MINCETUR-Dirección Nacional de Artesanía, Surquillo, 2009.
  • Álvarez de Miranda, Ángel, Ritos y juegos del toro, La Piel del Toro, Biblioteca Nueva, Madrid, 1998.
  • Delgado Linacero, Cristina, Juegos taurinos en los albores de la historia, Egartorre, Madrid, 2007.
  • Flores Arroyuelo, Francisco J, Correr los toros en España. Del monte a la plaza, La Piel del Toro-Biblioteca Nueva, Madrid, 1999.
  • García González, Juan, El matrimonio de las hijas del Cid, Sumario de 1961.
  • Gómez Pin, Víctor, Tauromaquia e interpretación freudiana del origen de la fiesta, Revista de Estudios Taurinos nº19-20, Sevilla, 2005.
  • González Hermoso, Plácido, El toro de bodas o la búsqueda de la fertilidad, Los mitos del toro [recurso online].
  • López Serrano, Matilde, Cántigas de Santa María de Alfonso X El Sabio, Rey de Castilla, Madrid, Patrimonio Nacional, 1974.
  • Montalbán, Juan Pérez de, Los amantes de Teruel, [manuscrito del fondo del Ayuntamiento de Madrid fechado en 16 de novimebre de 1776].
  • Montero Agüera, Ildefonso, Las Cántigas de Santa María. Primer testimonio literario pictórico de las corridas de toros, [recurso online].
  • Murgía Sánchez, Luis Ernesto, El toro puqllay, escenario de diálogo intercultural, Tesis PUCP, Lima, 2011.
  • Pitt-Rivers, Juan, Las fiestas taurinas en Extremadura. El toro nupcial, Revista de Estudios Taurinos nº14, Sevilla, 2002.
  • Plinio, Historia Naturalis, T 28.
  • Tacuri Aragón, Karlos; García Miranda, Juan José, Fiestas tradicionales de Perú, IPANC Instituto Iberoamericano de Patrimonio Natural y Cultural, Quito, 2006.
  • Take one, Nandi de bull, Ashmolean Museum, Education Department, Oxford.

Ver torear

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Un Madrid sin San Isidro es un Madrid fantasma. Una ciudad silenciada por el luto y amputada por la pena. Atravesar la explanada vacía de la plaza de Ventas un trece de mayo de 2020 -el año de la pandemia – invitaba a darse la vuelta y cerrar la puerta de casa. El influjo de aquella tarde permanece aún suspendido en el aire, como un crespón. 

San Isidro: más de veinte tardes consecutivas de toros que en 2020 no fueron y que este año tampoco serán, al menos no en Las Ventas. Un Madrid sin San Isidro es un olvido del Talavante que torea en endecasílabos, una abolición del héroe y la clausura de ese patio de arrastre que atravesamos palpándonos los arponazos de belleza y angustia después del sexto toro.

En una sociedad empeñada en maquillar la enfermedad y esconder la muerte, el toreo conmueve e irrita. De una corrida nunca se sale ileso. Las astas toros, como la espada y las palabras, interpelan hasta dejarnos cicatrices.  Viendo torear aspiramos a lo que sólo pueden los héroes clásicos: ir hacia la muerte y volver de ella. Sacamos brillo a botones del uniforme de guerra que ya no poseemos. 

Sólo en los toros somos capaces de recordar que la muerte existe. Que la vida mancha. Hiede. Que la sombra le gana terreno al sol y que no basta el valor cuando faltan la verdad y belleza. Al ponerse ante un toro, el torero nos libera a todos del miedo que nos produce plantarnos ante el peligro. Enseña a nuestros temores a embestir y los supera. Incuso se diría que los ilumina con los hilos de oro del traje de luces.

Encuadernados en la piedra del tendido, en Las Ventas permanecen los recuerdos de quienes hoy no saben adónde ir. Cerrada a cal y canto, el viento arranca del albero las voces que durante décadas han conseguido componer una sola. Hay nostalgia y evocación de la reunión entre extraños que durante tres horas comparten un tiempo que dura de otra forma. Cruje la puerta grande a la espera de días mejores. 

Un Madrid sin San Isidro acumula ausencias: el hombre de plata que arroja papelillos, a punto de estallar como palomitas al contacto con el aire; los capotes desplegados en el callejón o el calor rotundo que nos hace pensar que en las tardes de mayo la plaza se abanica y aplaude para llevarle la contraria al sol. Llega este mayo, otra vez sin feria taurina ni de libros, las dos citas que convertían la ciudad en una fiesta perpetua.  

La pandemia sorprendió al mundo taurino con la guardia baja, las plazas cerradas, las cuadrillas sin trabajo y los ganaderos arruinados. Un 2020 marcado por la enfermedad y un 2021 aturdido por las sucesivas olas de rebrotes han evaporado el mar de tela blanca que forman los pañuelos de los aficionados cuando piden orejas. Pero no por eso hay que consentir el naufragio.

El uso interesado de los apoyos y los taques políticos, el avance del animalismo, el regusto por el agravio y la sentimentalidad tóxica buscan desde hace ya mucho desterrar la tauromaquia del mundo contemporáneo y justo por eso tiene más sentido pensar lo que los toros suponen. Porque de una corrida nunca se sale ileso. Porque viendo torear, como Ulises, somos capaces de ir hacia la muerte y volver de ella. 

La fiesta y la fatal arrogancia

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En los años 1980 tuve la fortuna de conocer al premio Nobel de Economía Friedrich A. von Hayek, uno de los grandes liberales del siglo XX. Estaba terminando el que iba a ser su último libro, publicado en 1988, poco tiempo antes de su muerte. Es un breve y enjundioso volumen sobre los errores del antiliberalismo de izquierdas y de derechas, o, como los había bautizado el mismo Hayek cuatro décadas antes en su clásico Camino de servidumbre: “los socialistas de todos los partidos”. Me contó, en una entrevista que mantuvimos para Revista de Occidente, que le había dado muchas vueltas al título, hasta dar con el definitivo: La fatal arrogancia

Esta presunción tiene dos perspectivas interconectadas: la ilusión del conocimiento y el desprecio a las instituciones. Los enemigos de la fiesta de los toros incurren en ambas. El liberalismo las combate. 

Las indudables conquistas de la razón impulsaron también la vana ilusión de que podemos saberlo todo y, en particular, que podemos saber lo suficiente como para organizar a los seres humanos mejor de lo que ellos son capaces de organizarse libremente. Ya en el siglo XVIII, Adam Smith se burló así del “hombre doctrinario”: 

Se da ínfulas de muy sabio y está casi siempre tan fascinado con la supuesta belleza de su proyecto político ideal que no soporta la más mínima desviación…Se imagina que puede organizar a los diferentes miembros de una gran sociedad con la misma desenvoltura con que dispone las piezas en un tablero de ajedrez. No percibe que las piezas del ajedrez carecen de ningún otro principio motriz salvo el que les imprime la mano, y que en el vasto tablero de la sociedad humana cada pieza posee un principio motriz propio, totalmente independiente del que la legislación arbitrariamente elija imponerle –Teoría de los sentimientos morales, Alianza Editorial, página 407.

La escuela escocesa de filosofía moral ocupa un lugar preponderante en el podio liberal no solo por sus ideas económicas, que algunas tuvo erradas, sino sobre todo por esta visión profundamente certera de la debilidad de la razón a la hora de conocer “el vasto tablero de la sociedad humana”. De esa visión se derivó una importante advertencia liberal, a saber: si el hombre, presa de su soberbia, decide a pesar de todo intervenir creyendo saber, lo más probable es que genere consecuencias nocivas, que no siempre son fáciles de ponderar con precisión. Los defensores de los toros han señalado reiteradamente los efectos perjudiciales que la prohibición de la fiesta desencadenaría sobre la sociedad, la economía y hasta la propia naturaleza que tantos pretendidos ecologistas dicen defender.

Junto a la presunción de la sabiduría, la fatal arrogancia desdeña las instituciones. Esto está vinculado con lo anterior, porque los ilustrados escoceses también avisaron que, como decía Adam Ferguson, los seres humanos tropiezan con instituciones que son producto de su acción, pero no de su designio. 

Ningún ser humano en concreto inventa tradiciones, ni costumbres, ni reglas morales desde la pura razón, porque ellas surgen evolutivamente por la propia conducta humana adaptándose a circunstancias cambiantes para sobrevivir y prosperar. Primero existieron la propiedad y los contratos, después las convenciones y normas sobre ellos; y sólo más tarde los racionalizó el derecho. Nadie inventó el mercado ni el dinero. Igual que el lenguaje brota primero de las personas y después, mucho después, llega a las academias. 

Hayek llamó a ese universo institucional “lo que está entre el instinto y la razón”. El pensamiento liberal subrayó a menudo su relevancia, y advirtió del peligro de violentar racionalmente desde arriba lo que es una lenta, compleja, y a veces contradictoria construcción evolutiva y cooperativa de la gente desde abajo. Y no lo hizo solamente por la conciencia de los límites de la razón humana, que también, sino porque los liberales percibieron que ese mundo constituía una salvaguardia de la libertad del pueblo. 

Desde Burke hasta Schumpeter, los pensadores resaltaron lo que llamaron “pequeños pelotones” o “fortalezas privadas” que mediaban entre los individuos y el poder. No fue, por tanto, un asunto menor la rivalidad entre el Estado y la Iglesia, puesto que la religión es otra de estas instituciones intermedias protectoras. El que las dictaduras comunistas, las más feroces de la historia, combatieran todas ellas la religión es cualquier cosa menos una casualidad.

Pero el crecimiento de la política a expensas de los derechos humanos, y con frecuencia apelando falazmente a esos mismos derechos, se ha extendido mucho más allá de esas tiranías. En muchos países democráticos también padecemos muestras de la fatal arrogancia, que van desde quebrantar crecientemente la propiedad privada con impuestos y trabas de todo tipo, hasta pretender imponer un nuevo lenguaje inclusivo o políticamente correcto; desde obligar a las personas a que coman y beban lo que el poder establezca, hasta que sigan normas morales estipuladas legalmente.

Dentro de esos intentos de orientar la política para que se inmiscuya en todos los rincones de nuestra existencia privada y pública, siempre con grandes objetivos pretendidamente en pro de nuestro bienestar y un mundo mejor, se inscribe la campaña que pretende acabar por la fuerza de las autoridades con la fiesta de los toros. Se trata de una siniestra maniobra que degrada al ser humano simulando preservar un animal al que, en realidad, aniquilaría por completo.  

Afortunadamente, en este caso, como en otros, la sociedad civil ha reaccionado, y empiezan a aparecer iniciativas como el Instituto Juan Belmonte. 

Son acciones que merecen todo el apoyo, incluso de quienes no son aficionados a la fiesta. Porque defenderla frente a la soberbia de quienes anhelan diseñar nuestras vidas no es solo defender los toros. Es defender la libertad. 

Albores del toreo moderno

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Albores del toreo moderno







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En este episodio vamos a conocer cómo se originó la corrida de toros moderna en un siglo marcado por las guerras y los cambios sociales a la sombra de la ilustración. 

Locutado por Javier Mardomingo y Victoria Collantes, ha contado con la participación de Beatriz Badorrey (doctora en Derecho), Domingo Delgado de la Cámara (abogado e historiador taurino), Dionisio Fernández de Gatta (profesor titular de Derecho Administrativo en la Universidad de Salamanca), y José Álvarez de Monteserín (presidente de la Unión de Plazas de Toros Históricas). 

Este episodio ha sido impulsado por la Fundación del Toro de Lidia, con la colaboración del Ministerio de Cultura y Deporte.

  • Guion: Luis López 
  • Producción: Lidia Cossío de la Iglesia.  
  • Documentación: Guillermo Vellojín.  
  • Comité Editor: Nicolás Sampedro, Robert Albiol, Alipio Pérez-Tabernero, David Jaramillo. 

Notas: 

  • Álvarez Santaló, León Carlos, Diversión, espectáculo y corridas de toros en el siglo XVIII, una esquina moral de la ilustración española, Revista de Estudios Taurinos nº4, Sevilla, 1994.
  • Andreu, Xavier, De cómo los toros se convirtieron en Fiesta Nacional: los “intelectuales” y la “cultura popular”, 1790-1850, Ayer, Universidad de Valencia, 2008.
  • Autobiografía de Pedro Romero, con notas de Estébanez Calderón, Serafín “El Solitario” e introducción de Carmena y Millán, Luis, Lux, Barcelona, 1904.
  • Ayerbe Aguayo, José Luis, Correspondencia inédita de Pedro Romero sobre la Escuela de Tauromaquia de Sevilla y otros papeles taurinos, Revista de Estudios Taurinos nº7, Sevilla, 1997.
  • Ayerbe Aguayo, José Luis, La memoria del conde de la Estrella, Revista de Estudios Taurinos nº7, Sevilla, 1998.
  • Badorrey Martín, Beatriz, Otra historia de la tauromaquia: toros, derecho y sociedad, Agencia Estatal Boletín Oficial del Estado, Madrid 2017.
  • Boadilla Coloma, Graciela Fernández de, Una carta inédita dirigida al maestro de Ronda, Pedro Romero, Revista de Estudios Taurinos nº2, Sevilla, 1995.
  • Capmany, Antonio de, Apología de las fiestas públicas de toros, Madrid, 1815.
  • Cossío, José María de, los toros, tratado técnico e histórico, Espasa, 2012.
  • Delgado de la Cámara, Domingo, Del paseíllo al arrastre. La lidia y su evolución, Alianza Editorial, Madrid, 2004.
  • García-Baquero López, Gregorio, Aproximación al inframundo del toro y simbología críptica del toreo, Editorial Universidad de Sevilla, 2017.
  • Gómiz León, Juan José, Goya (1746-1828), Madrid, 2006.
  • González Troyano, Ensayo para una historia de la tauromaquia en Andalucía, Revista de Estudios Taurinos nº3, Sevilla, 1995.
  • Jovellanos, Gaspar Melchor de, Pan y toros, Biblioteca Popular Ilustrada, Madrid, 1820.
  • Moreno Mengíbar, Andrés J., Una defensa de las corridas de toros por Juan Pablo Forner, Revista de Estudios Taurinos nº4, Sevilla, 1996.
  • Rivas Santiago, Natalio, Semblanzas taurinas, Editorial Mediterráneo, Madrid, 1946.
  • Romero de Solís, Pedro, La plaza de toros de Sevilla y las ruinas de Pompeya, Revista de Estudios Taurinos nº4, Sevilla, 1996.
  • Romero de Solís, Pedro, La Tauromaquia de Goya y la invención de la corrida moderna, Revista de Estudios Taurinos nº2, Sevilla, 1995.
  • Sánchez, Álvarez-Insúa, Alberto, Toros y sociedad en el siglo XVIII, génesis y desarrollo de un espectáculo convertido en seña de identidad, Arbor-Ciencia, Pensamiento y Cultura, 2006.
  • Shubert, Adrian, A las cinco de la tarde, una historia social del toreo, Turner, Madrid, 1999.

Orígenes de la tauromaquia (parte II)

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Orígenes de la tauromaquia (parte II)







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En este episodio vamos a conocer cómo se originaron las tauromaquias en la Península Ibérica, desde la antigüedad hasta los inicios de la Edad Contemporánea. 

Locutado por Javier Mardomingo, ha contado con la participación de Cristina Delgado (doctora en Geografía e Historia), Fernando Sánchez Dragó (escritor) y José Antonio Baigorri (propietario de la Ganadería de Pincha). 

Este episodio ha sido impulsado por la Fundación del Toro de Lidia, con la colaboración del Ministerio de Cultura y Deporte.

  • Guion y producción: Lidia Cossío de la Iglesia. 
  • Documentación: Guillermo Vellojín. 
  • Comité Editor: Robert Albiol, Alipio Pérez-Tabernero, David Jaramillo. 

Notas: 

  • Almenas, Conde de las, Introducción a “El arte de la tauromaquia”, Catálogo de exposición, Madrid, 1918.
  • Blanco Freijeiro, Antonio, El enigma de los toros de guisando, Historia 16, 1983, Vol. VIII.
  • Carvajal Ramos, Rafael, Tauromaquia, ¿religión insólita, mito o superstición?, Los sabios del toreo, Madrid, 2010.
  • Daza, Josef, Precisos y manejos en el arte del toreo.
  • Delgado Linacero, Cristina, El toro en el Mediterráneo: análisis de su presencia y significado en las grandes culturas del mundo antiguo, Egartorre, Madrid, 1996.
  • Delgado Linacero, Cristina, Juegos taurinos en los albores de la Historia, Egartorre, Madrid, 2007.
  • Díez Borque, José María, El Cid torero, de la literatura al arte, Anuales de Historia del Arte, Universidad Complutense de Madrid, 2008.
  • Fernandez de Moratín, Nicolás, Carta histórica sobre el origen y progreso de las fiestas de toros, Madrid, 1777.
  • Fernández Truán, Juan Carlos, Los taurii en la bética: origen del espectáculo taurino, Materiales para la memoria de la actividad física y deportiva en Andalucía, Instituto Andaluz del Deporte.
  • Flores Arroyuelo, Francisco J., Correr los toros en España. Del monte a la plaza, La piel de toro, Biblioteca Nueva, Madrid, 1999.
  • Gómez Bárcena, Carles, El toro en la literatura árabe contemporánea, Revista de Estudios Taurinos nº4, Sevilla, 1996.
  • González Alcantud, José Antonio, Toros y moros. El discurso de los orígenes como metáfora cultural, Revista de Estudios Taurinos nº10, Sevilla, 1999.
  • Hidalgo Sancho, Carmen, El templo oculto de Mitra, El periódico de Extremadura, 20/09/15, https://www.elperiodicoextremadura.com/merida/2015/09/20/templo-oculto-mitra-44491112.html
  • Mariana, Juan de, De spectaculis, Colonia, 1609.
  • Álvarez de Miranda, Ángel, Ritos y juegos del toro, La piel de toro, Biblioteca Nueva, Madrid, 1998.
  • Navas, Conde de las, El espectáculo más nacional, Madrid, 1897.
  • Peñalver, Patricio, Poemas taurinos de Miguel Hernández, Abalol, semanario de arte, literatura y ciencias del teatro del diario La Verdad.
  • Piedras Albas, Marqués de san Juan de, Fiestas de toros, bosquejo histórico, Real Academia de la Historia, Madrid, 1927.
  • Romero de Solís, Pedro; Steingress, Gerhard, Una muerte ritual. Una introducción a tauromaquia y psicoanálisis, Revista de Estudios Taurinos, nº19-10, Sevilla, 2005.
  • Silva Santa-Cruz, Noelia, El combate de animales en el arte islámico, Revista digital de iconografía medieval, vol VI, nº12, Universidad Complutense de Madrid.
  • Siret, Luis, Origen y significado de las corridas de toros. Homenaje a Martins Sarmento, Oporto, 1934.

Los toros vuelven a Palma por derecho

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Artículo escrito por Lorenzo Clemente, presidente de la comisión jurídica de la Fundación del Toro de Lidia, para El Mundo el 8 de agosto de 2019.

El próximo día 9 de agosto, la plaza de toros de Palma de Mallorca volverá a abrir sus puertas para dar una corrida de toros. El asunto no tendría nada de particular si no fuera porque, para que este festejo sea posible, el Tribunal Constitucional tuvo que anular prácticamente en su totalidad una ley del Parlamento Balear que, en sus propias palabras, regulaban un tipo de festejo tan desfigurado que lo hacían completamente irreconocible como festejo taurino contemporáneo, lo cual constituía una prohibición encubierta para la que no es competente ningún parlamento autonómico ya que la tauromaquia con sus tres tercios diferenciados (varas, banderillas y muleta) y el hecho de dar muerte al toro mediante estoque es parte del patrimonio cultural común español que no puede ser prohibido ni desfigurado en ninguna Comunidad Autónoma.

La plaza de toros de Palma tiene una larga historia, con periodos de esplendor y decadencia como sucede con tantos otros recintos culturales en nuestro país. Por su ruedo han pasado todos los grandes toreros de las últimas décadas y ha habido algún año en la década de los cincuenta que llegó a dar 33 festejos (más que la plaza de Madrid). En su arena encontró la muerte en 1960 el rejoneador Salvador Guardiola Domínguez, en cuya cuadrilla figuraba el dramaturgo recientemente fallecido Salvador Távora, un revolucionario del teatro, galardonado con el Premio Max de Honor de 2017 entre otros muchos reconocimientos.

Pero ni la historia, ni la vinculación de Palma de Mallorca y del resto de las Islas Baleares con la tauromaquia fueron obstáculo para que su Parlamento autonómico dictara en 2017 una ley que, amparándose en la supuesta protección de los animales, no prohibía las corridas de toros (el Tribunal Constitucional ya había dicho por entonces que la prohibición del parlamento catalán era inconstitucional), pero las regulaba de tal modo que hacía casi imposible y en todo caso grotesca su celebración.

La Fundación del Toro de Lidia advirtió la falta de cobertura legal y competencial de esta norma autonómica y los peligros de permitir que desplegara sus efectos. Afortunadamente, el Presidente del Gobierno promovió un recurso de inconstitucionalidad contra muchos de los preceptos de esta ley, argumentando cómo se vulneraban competencias estatales como la preservación de la tradición cultural de la tauromaquia, la igualdad en las condiciones básicas del ejercicio de la actividad económica y otras muchas.

Como consecuencia de este recurso, el Tribunal Constitucional, en sentencia de 13 de diciembre de 2018 dictó sentencia declarando inconstitucionales muchos de los artículos de esa ley explicando cómo el ejercicio de las competencias autonómicas no puede impedir la celebración de los festejos taurinos conforme a los usos tradicionales, a los tres tercios, con banderillas, varas y muerte a estoque. De este modo, “Al imponer un modelo espectáculo taurino en sustitución de las corridas de toros que se separa radicalmente de una manifestación paradigmática de la fiesta tradicional española, impidiendo, al propio tiempo, la celebración de otro tipo de espectáculos, la ley de las Illes Balears impide, perturba o menoscaba la competencia estatal sobre patrimonio cultural inmaterial.

Esta sentencia es aun más importante que la que declaró que la prohibición de los festejos taurinos en la comunidad autónoma catalana era inconstitucional. Porque da un paso más y establece que tampoco cabe regular los festejos taurinos de modo que los mismos no sean reconocibles en sus elementos básicos.

Por eso, la vuelta de los toros a Palma de Mallorca es una buena noticia. Porque supone que no se pierde en aquellas islas parte del patrimonio cultural común de todos los españoles. Y porque demuestra que los esfuerzos de todos los que han defendido la necesidad de blindar legalmente la protección de la tauromaquia y los que actuado en los tribunales para reivindicar esta defensa no ha sido en balde.

Sin la sentencia del constitucional en Palma sólo podría darse un festejo en el que los toros a lidiar fueran de la ganadería geográficamente más cercana a la plaza de toros (y no la que libremente decidiera el empresario, o los toreros, que a estos efectos tanto da), que no podían enchiquerarse antes de la lidia (lo cual hacía bastante complejo su manejo), sólo podrían lidiarse un máximo de tres toros y cada uno de ellos durante no más de diez minutos (lo cual hacía inviable económicamente programar cualquier espectáculo) y no habría tercio de varas, de banderillas ni muerte a estoque de los toros (creando, por tanto, un parodia del verdadero rito taurino). Y como consecuencia de la sentencia y la decisión del empresario que la ha programado y de toreros y ganadero va a haber un festejo taurino de cuatro matadores y ocho toros (de Castillo de las Guardas, en Sevilla, que no es precisamente la ganadería más próxima a la plaza), cada uno lidiado siguiendo las reglas de la tauromaquia moderna, con sus tres tercios y muertos a estoque.

Aun quedan cosas por hacer. Como seguir insistiendo en la necesidad de anular la prohibición de que en esa comunidad autónoma puedan ir a la plaza menores de 18 años, algo que resulta contrario tanto al derecho de sus padres a educarlos como al propio derecho de los menores a la asistencia a eventos culturales. O eliminar la prohibición de vender bebidas alcohólicas en la plaza, algo usual en eventos deportivos, pero no en actividades culturales y que supone una merma de ingresos para el empresario. O mitigar otras intervenciones administrativas en el festejo que algunas autoridades quieren utilizar torticeramente y con evidente abuso de autoridad para dificultar la celebración de la corrida.

Pero en Baleares se pueden dar festejos íntegros, conforme a la tradición y al rito. Como en el resto de España. Y por eso el festejo del día 9 es un motivo de celebración para todos los que gustamos de la cultura y de la libertad.

Orígenes de la tauromaquia (parte I)

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Orígenes de la tauromaquia (parte I)







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En este episodio vamos a conocer cómo el toro comenzó a tener un papel simbólico y sacral en las culturas del Mediterráneo, sembrando así la semilla de nuestras tauromaquias. 

Locutado por Javier Mardomingo, ha contado con la participación de Fernando Sánchez Dragó (escritor), Esther Pons (conservadora del departamento de Egipto del Museo Arqueológico Nacional) y Cristina Delgado (doctora en Geografía e Historia).  

Este episodio ha sido impulsado por la Fundación del Toro de Lidia, con la colaboración del Ministerio de Cultura y Deporte.

  • Guión y producción: Lidia Cossío de la Iglesia.
  • Documentación: Guillermo Vellojín.
  • Comité Editor: Robert Albiol, Alipio Pérez-Tabernero, David Jaramillo. 

Notas: 

  • Almenas, Conde de las, Introducción a “El arte de la tauromaquia”, Catálogo de exposición, Madrid, 1918.
  • Blanco Freijeiro, Antonio, El enigma de los toros de guisando, Historia 16, 1983, Vol. VIII.
  • Carvajal Ramos, Rafael, Tauromaquia, ¿religión insólita, mito o superstición?, Los sabios del toreo, Madrid, 2010.
  • Daza, Josef, Precisos y manejos en el are del toreo.
  • Delgado Linacero, Cristina, El toro en el Mediterráneo: análisis de su presencia y significado en las grandes culturas del mundo antiguo, Egartorre, Madrid, 1996.
  • Delgado Linacero, Cristina, Juegos taurinos en los albores de la Historia, Egartorre, Madrid, 2007.
  • Díez Borque, José María, El Cid torero, de la literatura al arte, Anuales de Historia del Arte, Universidad Complutense de Madrid, 2008.
  • Documental Tauromaquias Universales, Union des Villes Taurines Françaises. Observatoire National des Cultures taurines, (https://www.youtube.com/watch?v=MgcaH9fTU3Y).
  • Fernandez de Moratín, Nicolás, Carta histórica sobre el origen y progreso de las fiestas de toros, Madrid, 1777.
  • Fernández Truán, Juan Carlos, Los taurii en la bética: origen del espectáculo taurino, Materiales para la memoria de la actividad física y deportiva en Andalucía, Instituto Andaluz del Deporte.
  • Gómez Bárcena, Carles, El toro en la literatura árabe contemporánea, Revista de Estudios Taurinos nº4, Sevilla, 1996.
  • González Alcantud, José Antonio, Toros y moros. El discurso de los orígenes como metáfora cultural, Revista de Estudios Taurinos nº10, Sevilla, 1999.
  • Hidalgo Sancho, Carmen, El templo oculto de Mitra, El periódico de Extremadura, 20/09/15, (https://www.elperiodicoextremadura.com/merida/2015/09/20/templo-oculto-mitra-44491112.html).
  • Mariana, Juan de, De spectaculis, Colonia, 1609.
  • Martín Cordero, Rafael, Tauromaquia y Atlántida, wsimag-cultura, (https://wsimag.com/es/cultura/19767-tauromaquia-y-atlantida).
  • Navas, Conde de las, El espectáculo más nacional, Madrid, 1897.
  • Peñalver, Patricio, Poemas taurinos de Miguel Hernández, Abalol, semanario de arte, literatura y ciencias del teatro del diario La Verdad.
  • Piedras Albas, Marqués de san Juan de, Fiestas de toros, bosquejo histórico, Real Academia de la Historia, Madrid, 1927.
  • Platón, Critias, Obras completas, edición de Patricio de Azcárate, tomo VI, Madrid, 1872.
  • Platón, Timeo, Obras completas, edición de Patricio de Azcárate, tomo VI, Madrid, 1872.
  • Siret, Luis, Orígen y significado de las corridas de toros. Homenaje a Martins Sarmento, Oporto, 1934.